En plena era de las nuevas tecnologías, del correo electrónico y las redes sociales me gustaría hacer un hueco a las tradicionales tarjetas de felicitación de Navidad. Y no sólo porque me parece que son una tradición entrañable que deberíamos conservar sino también porque a todos nos hace una inmensa ilusión recibir una de ellas... hay que reconocerlo.
Se trata de postales muy fáciles y rápidas de hacer pero con resultados espectaculares. En esta soló se necesitan varias cartulinas de diferentes texturas y colores y un lazo que combine.
Y en esta otra basta con uno cuantos círculos de cartulinas en diferentes tamaños y un bonito lazo.
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Y por último, unos trocitos de un papel colorido y un poco de hilo
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