Hace tiempo os contaba cómo había renovado los cojines de la habitación de los niños. Esta vez os quiero enseñar la nueva imagen de las camas.
Se trataba de una camas sencillas de madera de pino que resultaban muy sosas. Necesitaban un pequeño cambio para convertirse en algo más especial. Y para ello sólo era necesario una buena mano de pintura y mucha imaginación.
Vais a necesitar: pintura plástica mate en el color elegido, imprimación universal, pintura blanca, barniz, un papel con el dibujo impreso, un pincel o un rodillo y un cuter.
1.- En primer lugar se pinta toda la superficie con una imprimación universal para madera. Con este producto os evitáis tener que lijarlo todo para levantar el barniz antiguo. Es mucho más limpio y fácil. Si veis que una mano no es suficiente ara cubrir todo el cabecero, le dais una segunda mano más ligera. Seca bastante rápido.
2.- Después pintáis el cabecero con la pintura del color que hayáis elegido. En mi caso, me decanté por un bonito tono gris suave. Para que el resultado sea mejor hay que darle dos manos. Una vez seco, con la pintura blanca previamente rebajada con agua, se pasa una capa finita y al mismo tiempo pon un trapo limpio y seco se va eliminando el exceso de pintura. Con ello se consigue una especie de decapado que le da un aire rústico a la cama.
3.- Recortamos con un cuter la silueta del dibujo y lo colocamos con un poco de cinta del pintor o celo en la zona del cabecero que queramos. Yo elegí una estrella grande para el cabecero y una línea de estrellas pequeñas en el piecero.
4.- Con un pincel se pinta el dibujo y se deja secar. Una vez seco el dibujo, se despega el papel con cuidado y se da una mano de barniz.
Las camas han quedado preciosas. Parecen otras. Y los niños quedaron encantados. Os animo a que hagáis pequeños proyectos como estos en casa. Son sencillos, rápidos y conseguiréis resultados fantásticos sin mucho esfuerzo. ¡Feliz Semana!